domingo, 28 de octubre de 2007


Un millon ochocientos mil euros. Esto es lo que le ha costado a Sheikh Mohamed bin Hamad al-Thani, un emir de Qatar, el capricho de querer tener el balón con el que se jugó la final del Mundial de fútbol de Alemania el pasado 9 de julio. Para justificar tal gasto, el emir, que se confiesa seguidor de Italia, ha declarado que “estuve en la final y ese balón tiene un valor sentimental para mi”

Baldemar

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