martes, 11 de septiembre de 2007

LA HIJA DE LA TERESONA

Había en Toluca una hacendada llamada Teresa a quien por rica y bonita dieron en llamarle La Teresona. Su esposo se llamaba Pedro, eran felices; su única pena era que no tenían hijos. En sus oraciones se lo pedían a Dios todos los días, hacían promesas, iban a peregrinaciones a los más milagrosos santuarios pero todo era inútil.Al fin, después de varios años, la hacendada tuvo una niña a la que pusieron por nombre La Shinula. Se le preparó a la niña un bautizo como nunca se había hecho. Se le dio por madrinas a seis doncellas, todas ellas brujas a fin de que cada una le concediera un don y así la niña tuviera todas las gracias.Después del bautizo, la Teresona dio un banquete en honor de las doncellas. En la mesa, delante de cada una; colocó una cuchara, un cuchillo y un tenedor de oro. Cuando ya estaban todas sentadas a la mesa, vieron entrar a una Viejecita, a la que nadie había invitado pues hacía más de cuarenta años que no salía de su casa. Todos creían que había muerto.Don Pedro ordenó inmediatamente que la atendieran, la sentaron a la mesa pero como ya no había cubiertos de oro le pusieron unos de plata. La viejecita lo tomó a desprecio, murmurando, hablando entre dientes y amenazando. Una de las doncellas la oyó y se fue a esconder atrás de unos cajones para ser la última en conceder una gracia y así poder reparar el mal si hacía falta. En ese momento las doncellas empezaron a dar sus dones a la niña: la belleza, la bondad, la gracia, habilidad para cantar, para tocar el violín. Al llegar su turno a la vieja, ésta dijo: -"La niña, a los quince años será robada, escondida en una cueva y de todas las riquezas de ese lugar, se le pondrá un collar que la hará caer en un profundo sueño, es decir; al ponerle el collar quedará encantada".-"Sólo cada veintiuno de cada mes despertará para salir afuera de la cueva a lavar la ropa de los enanos, que son cuatro, para peinarse, calentarse con los rayos del sol y para ver todo lo que forma su propiedad". Al final salió la doncella que se había escondido y dijo que la niña sería robada y encantada pero que al cabo de quince años podría volver a ser la misma si sus padres podian reunir:Cien monedas de oro. Un anillo. Un collar de perlas ( escondido en el cerro del Elefante) .Ver a un enano juguetón que pasaba de vez en cuando por el cerro.Si no cumplían con todo esto, la niña quedaría allí encantada para siempre. Todas estas condiciones fueron cumplidas, menos la de encontrar al enano juguetón que sería el encargado de desencantar a la niña.La niña quedó allí, encantada, en el cerro que hoy conocemos como La Teresona.Como el enano no cumplió su encargo, se dedicó a engañar a todos los que pasaban por allí, el veintiuno de cada mes, durante quince años.Cuentan que al primero que engañó fue a un tlachiquero.El pobre hombre, después de que supo que había sido engañado se fue a llorar cerca del lugar donde había nacido la niña que estaba encantada.De tanto llorar, se cuenta que: Con sus lágrimas se formó lo que hoy es el ojo de agua y él se convirtió en piedra. Actualmente, en el Cerro de la Teresona, se puede apreciar la forma de una cueva donde se encuentra la figura de un hombre sentado, con la cara entre las manos como si estuviera llorando. Más abajo, como a siete metros, se encuentra el ojo de agua.



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